martes, 15 de abril de 2008

Bondi


¡Las veces que me habré tomado el 24…! No hay parada sobre Corrientes, de Villa Crespo al Obelisco, en la que no me lo haya tomado alguna vez… Hasta me taladró el cerebro noche tras noche cuando viví en un segundo piso a la calle, sobre Luis Viale, a pasitos del Cid. Es “el” colectivo de mi vida en Buenos Aires. Me acompañó en tantas situaciones…

Y ayer me lo volví a tomar al 24, pero desde Victoria Station hasta Camden Town. Que es como un tour gratis por Londres. Más si uno tiene la suerte de pasar por la Abadía de Westminster justo justo cuando están sonando las campanas, justo justo para dejarse envolver por ese sonido medieval. Mejor todavía si está cayendo el sol, y el Parlamento se vuelve una caverna gótica, monstruosa, dorada, fuera de escala.

Cuando llegamos a Trafalgar Square, enclave turístico londinense “de manual”, por primera vez reparé en un imponente edificio, frente a la archifamosa National Gallery… nada menos que la Embajada de Sudáfrica. ¿Qué tal? Esa centralidad del colonialismo me sorprendió. Casi una obscenidad, diría.

Después, la Avenida Corrientes pero de Londres: Charing Cross Road, la calle de las librerías. De todo tipo, color, atmósfera y estrategia de marketing: desde las grandes cadenas con cuatro pisos y ascensores, hasta los sucuchos al mejor estilo librería de viejo de Buenos Aires. La mejor es Murder One, una que vende sólo novelas de detectives. La especialidad de la casa: Sherlock Holmes.

Viejo y querido, o nuevo y excitante, el 24 es un must (como les gusta decir a las revistas londinenses) para el bolsillo del porteño o la cartera de la inmigrante argentina.

2 comentarios:

DEBORAH ALTIERI Y SANTIAGO FELDMAN dijo...

Florchi, como siempre, seguís siendo mi poetiza favorita. Me alegro por Londres que tenga una pitonisa que la eleve de su encarnación actual (lo que los arquitectos llaman emplazamiento). Habrá entonces una Londres Celeste por donde escabullirse y poder comer de sus paredes de chocolate. Buenos Aires, por su parte, cayó como un pichón de un nido. Es un cadaver espeluznante. ¿Y ahora quién le escribe? De todas formas ninguno de estos monstruos merece tanto. A tu salud,
Santiago.

Lari'Lissa Aisha dijo...

Oie...
Nossa Londres é um sonho.
goste do que escreveu.
bj
Lissa