domingo, 14 de diciembre de 2008

Porteña

Esto está bastante abandonado. Es el tiempo puro, sin horarios ni obligaciones, que me vuelve una chanta total. Sepan disculpar y tolerar, va a ser así por unos meses más.

Londres quedó atrás (por ahora) como un sueño. Las noches de verano de Buenos Aires están tal cual como las dejé. La esquina de Corrientes y Callao me pertenece.

Ver acá gente que he conocido en Londres levanta un puente extraño entre mis dos vidas. Es casi surreal estar comiendo una fugazzetta en La Continental a las tres de la mañana con Alex, cuando fue con ella con quien estuve tomando tecitos en los bares de Londres al atardecer. Es surreal pero también acorta un poco la distancia simbólica, que es mucho más que dieciocho mil kilómetros.

Así voy transitando esta época-tránsito, recuperando la fuerza a través del sol.

6 comentarios:

Bea dijo...

Uhh, te fuiste para no volver?

Florchi dijo...

Hola Bea: no, tampoco soy taaan cobarde. Huyo del invierno, pero no de Londres. Me queda verano hasta el 29 de enero, pero con una ayudita del cielo podría extenderse hasta marzo! Saludos por allá...

Mariana dijo...

que lindo sollllllll.... Ćosa rara esa de juntar los dos mundos. Volveras or what?

Florchi dijo...

Ey Marian! Vuelvo en marzo, pero definitivamente abogo por pasar 8 meses en Londres y 4 en Argentina mientras se pueda...o el novio aguante.
Me encantan las últimas cosas de Florcita!

Café (con tostadas) dijo...

qué cosa, vos le escapás al frío y yo le huiría al calor!

Que bueno que el novio y los tiempos te amparen. Que rara sensación provoca tu texto cuanso hablás de lo surreal de la distancia!

Florchi dijo...

Hola Café...: no es sólo el frío, no? Es la falta del Dios Febo, del brillo, de la Vida, básicamente. Pasaría feliz unos días de frío en San Martín de Los Andes... Soy como una fundamentalista del sol.
Ojalá la rareza que provoca el texto sea la misma que siento cuando lo escribo. Misión cumplida, entonces.
Saludos!