A riesgo de ser esquemática, me atrevo a decir que tres cosas nos diferencian de los londinenses en cuestiones de transporte: manejan despacio, ceden el paso y hacen señas (contrariamente a lo que dicta la tradición argentina, si un tipo va a doblar, pone el guiño; y si pone el guiño, dobla). Eso hace que se den situaciones muy extrañas para oriundo de la Santa María del Buen Ayre, a saber:
- en un cruce de dos calles doble mano, cualquiera puede doblar para cualquier lado
- se puede estacionar en contramano (provocando el subsiguiente pánico de los ciclistas abatatados que pensamos que nos equivocamos de calle)
- hay sendas peatonales sin semáforos, que al solo contacto con el dedo gordo del pie de un transeúnte genera la clavada de frenos de cualquier rodado cercano
- el semáforo, después de la luz roja y antes de volver a dejar circular libremente a los autos, atraviesa una etapa intermedia, un parpadeo ambiguo que significa “prioridad pero no exclusividad” para los caminantes; con lo cual si no hay peatón a la vista el coche puede pasar
Ahora, un simple ejercicio de imaginación: ¿se dan una idea del caos que sería permitir todo eso en Buenos Aires?
No sé si acá es posible porque los ingleses (o la mayoría) son obedientes por default o porque el respeto se forjó a fuerza de multas carísimas, pero la cosa funciona. Habiendo padecido mi vida sobre dos ruedas en Argentina, debo decir que éste es uno de los detalles del “modo de ser” británico en que no me molesta cierta tendencia a la genuflexión.
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7 comentarios:
siii. La primera vez que me subí al auto con mi marido aca, pensé "que mal que maneja este tipo, como no me di cuenta antes!"
Otra cosa, que todos se ceden el paso re contentos, onda "dale, pasá que te espero" "ay chas gracias amigo!"
Me encantó tu blog y me lo lei enterito.
Ayer mismito me paso. Me largue asi a la buena de Dios con la bici y todavia yo no puedo ubicarme a esto de que se circule por el lado contrario. De manera que la forma de saber si estoy en el carril correcto es mirar los autos. Ahora cuando no hay autos circulando te guias por los que estan estacionados. Conclusion, ayer habia autos estacionados hacia ambos lados en una misma mano y sin autos circulando yo solo rogaba estar en el carril correcto! Cerca de mi casa tengo una de esas sendas peatonales zebra donde los autos paran, como decis vos, ni bien apoyas el dedo gordo. Por dentro siempre voy riendo como un chico jugando a ver como pisan el freno ni bien yo pongo el pie en la calle. Como siempre, una observadora muy precisa de la realidad local. Besos FLor
En Holanda es igual. La genter respeta a raja tabla las reglas. La velocidad maxima no se pasa porque las multas son millonarias. Y realmente manejar es tranqui... el curso y examen es un cuco, pero una vez que estas solo en la calle y autopista podes estar segura de que no moriras con otro conductor encajado en tu auto. Todos respetan,
como bicicletera igual. Aca el bicicletero sieeeempre tiene la razon. Si hay un accidente entre auto y bici, por mas que en la practica la culpa haya sido de la bici, paga siempre el del auto.Bicisenda en todas las calles, todo señalizado. los pibes hacen cursos en la escuela con examen para esto de la bici.
Considerando el tamaño infimo del pais y la cantidad de gente y autos que hay, es bastante ordenadito. Ahora, estacionar ...gracia a dio pr la direccion asistida, porque hay que hacer cada maniobra!
Hola, primera vez que te visito. Muy interesante tu blog. Vuelvo cuando tenga mas tiempo!!
Wishi: es cierto que nadie protesta por ceder el paso, tal cual! En Buenos Aires un poco más y tenés que hacerle un santuario al tipo que te deja pasar, con ese aire de "mirá el favor que te hago" que ponen...Gracias por pasar por acá!
Bea:antes que nada te declaro mi admiración por tus 32 km al hilo en dos ruedas...qué resistencia, nena! Por lo demás...yo denunciaría al estacionamiento en mano y contramano como posible causal de ataques de pánico.
Marian: bicisendas en todas las calles! Qué paraíso! Tanto a Londres no se le puede pedir: las bicisendas acá duran como...tres metros!
Maria Marta: Gracias! Volvé cuando quieras.
Florchi, me encantó lo del dedo gordo del pie, jajaja. ¡Lo estoy viendo! Y vislumbro la contenida sonrisilla de sorpresa y satisfacción de un hemisférico del sur repitiendo el truco una y otra vez para comprobar el asombroso resultado.
Es cierto, Pepa, totalmente cierto lo que vislumbrás. Vaya a saber si alguna vez llegaré a naturalizar estos códigos, tan ajenos a los nuestros...
Un abrazote
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